El precio de un sistema de inmigración roto a menudo se paga a costa de inmigrantes jóvenes como yo. Los acontecimientos recientes en el Congreso han bloqueado los intentos de tratar de aprobar una legislación que incluya un camino hacia la ciudadanía. Mientras la lucha por un camino hacia la ciudadanía no ha terminado, cada intento fallido es solo un obstáculo adicional para los DREAMers en la búsqueda de un futuro seguro en el país en el que crecimos.
En mi experiencia como joven inmigrante en los Estados Unidos, luché por encontrar mi identidad, sin entender realmente qué me hacía diferente del resto de mis compañeros. Mis padres me trajeron a los Estados Unidos cuando tenía tres años. Cualquier recuerdo de mi país natal, El Salvador, se ha perdido. No entendía cómo eso me hacía diferente y por qué, a pesar de crecer en las mismas circunstancias que mis amigos, me apartaban del resto de ellos.
Cuando estaba en la escuela intermedia, escuché conversaciones entre mis padres sobre legalizarme. Fue entonces cuando me di cuenta de lo diferente que era de mis compañeros. Mis padres me sentaron y me explicaron que tenía 14 años y que me estaba acercando a los 18 y temían que tuviera que ser deportada. Todo esto fue muy confuso y nuevo para mí. Mientras mis amigos pensaban en la escuela secundaria a la que iban a ir, yo tenía que pensar en mi estatus migratorio y cómo eso podría afectar mi futuro. No quería ir a un país del que no recordaba; toda mi vida había sido en los EEUU.
A los 15 años pasé mi cumpleaños en una corte de immigracion y, a la edad de 16 años, mi familia y yo nos vimos obligados a despedirnos de mi madre mientras esperaba la legalización en El Salvador. A los 18 años, se me otorgó el estatus de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que era una señal de esperanza. Por fin pude trabajar, obtener un número de seguro social, y otros privilegios que no había tenido antes. A los 18, también recibí la beca TheDream.US, que permitió que una estudiante indocumentada de primera generación como yo obtuviera una educación universitaria.